Hans-Christian Günther, Juan Martos, Rosario Moreno Soldevila (EDS.)

LA TRADICIÓN ERÓTICA EN

LA POESÍA LATINA TARDÍA

Studia Classica et Mediaevalia, Band 17

Rezension


El presente volumen nace de un esfuerzo conjunto que trasciende sus propias dimensiones: por un lado, encuentra un puntal en el valioso Diccionario de términos amatorios de la literatura latina (siglos III a. C.-II d.C.) que editara en 2014 Moreno Soldevila; por otro, ilega precedido des libro Amor y sexo en la literatura latina, alumbrado ese mismo afio por el tándem de Rosario Moreno a Juan Martos. El germen propiamente dicho lo constituyó el ciclo internacional de conferencias Ideas e imágenes sobre el amor en la poesia latina tardia (Universidad Pablo de Olavide y Universidad de Sevilla, octubre de 2015). En espanol, italiano e inglés, se nos presentan ocho trabajos inéditos de otros tantos estudiosos, con el erotismo - en su doble vertiente afectiva y sicaliptica - como factor comun y un marco temporal circunscrito al periodo tardoantiguo. De extensiones dispares, se conectan mediante motivos recurrentes y una sólida unidad estructural que siempre se agradece en las empresas de múltiple autoria: unicamente la aportación de Mattiacci prescinde de titulos en los epigrafes, sin que ello implique menoscabo alguno de su claridad. El esfuerzo de coordinaciòn y cohesión queda patente en las útiles referencias cruzades (p.ej., p.24 en n. 47, p. 125 en n. 111).

Con la cintinuidad del latin contrastan la permeabilidad de los géneros y las innovaciones que se introducen en temas de sobra cultivados. Rosario Moreno (pp. 13-35) rastrea en las Églogas de Nemesiano numerosos ecos, tanto griegos como latinos: Virgilio, Ovidio, Propercio y Catulo desfilan junto a Cornelio Galo, Calpurnio, Teócrito y textos de la Antologia Palatina. En el entorno bucólico se deslizan una escena de violación por parte de dos muchachos (pp. 18 y 19) y una reflexión contradictoria sobre el paso del tiempo, en la que el carpe diem se torna poco menos que amenazador (p. 28).

La antedicha mezcla de géneros se aprecia con claridad en los prefacios de la Bissula de Ausonio, de los que se ocupa Silvia Mattiacci (pp. 37-59). Se trata de composiciones en prosa y verso, dos de ellas dedicades a Axio Paulo. De erotismo muy leve, la figura des senex amator y el empleo de terminologia nugatoria impregnan los textos con aromas de epigrana, teatro cómico y sátira.

La imagineria erótica emerge en Claudiano, y lo hace imbricada con una poesia epitalámica y versos fesceninos al servicio des poder (pp. 61-95). El autor ilega a aludir a la unidad del Imperio romano (p. 85) y busca legitimar a Honorio y a Estilicón. Gabriel Laguna, cuyas numerosas publicaciones sobre Estacio y sobre el, tema amoroso en la Antigüedad huelga referir, subraya el servicio del erotismo de aparato e incluye recientes revisiones des otros estudiosos (Cameron, pp. 93-94).

La rosa se dibuja como una realidad de significado casi inasible y que permite un amplio recorrido. Entre testimonios griegos (Nosis de Locros, Meleagro de Gádara, Ferécrates, etc.), referencias al mundo hebreo e incluso citas de autores contemporáneos, Francisco Socas (pp. 97-141) se centra en la Antologia Latina, donde indentifica casos variopintos: la rosa aparece como trasunto de la pasión femenina - en triada con la violeta y el lirio -, metáfora de la mujer, simbolo del amor doloroso, un carpe diem que da paso a nueva vida, un emblema de la discreción.

Si el contenido semántico de la rosa es polifacético y ambivalente, también lo es el del amor mismo. Centrada en Draconcio, la aportación de Helen Kaufmann (pp. 143-160) enumera los distinos tipos de amor que se presentan en la obra del poeta africano e incide en la figuración de Cupido como un principio universal (pp. 158-159). La referencia al amor violento en el contexto de una cultura patriarcal no es única en este apartado y se complementa con la reflexión de Socas (pp. 124-126).

Al entorno de Draconcio parece adscribirse el poeta anónimo que compone la Aegritudo Perdicae. Tal y como nos demuestra Miryam Librán (pp. 161-200), dicho epilio se erige en una suerte de paradigma de la intertextualidad. La fuente directa de este amor presentado como enfermedad pudo ser el relato helenistico de Antioco y su madrasta Estratonice. Afloran, además, elementos de la poesia épica helenistica, el epilio ovidiano de Mirra, la pantomima, las tragedias Hipólito y Edipo Rey - aunque no como fuente - e incluso los epigramas griegos, cuyos paralelos se presentan en un apéndice propio (pp. 199-200).

La aportación de Juan Martos acerca de los epigramas de Enodio (pp. 201-211). gira en torno a la sexualidad innatural de Pasifae con el toro, que a su vez remite a la catalogación de Kaufmann (p. 153). Son cinco los epigramas traidos a colación, en los que se describe una copa de plata que plasma los momentos del ayuntamieto entre humana y animal.

Cierra este recorrido el relato de Maximiano en un análisis elaborado por Juan Luis Arcaz (pp. 213-244). Las cinco elegias que estudia presentan elementos satiricos y de epigrama erótico griego. En ellas, como rasgos novedosos, se manifiestan la perspectiva del autor anciano y la castidad en el varón. Maximanio refiere cuatro amores fracasados por razones distantas, que navegan entre el desdén, la pérdida de interés, la vejez y la disminución de la potencia sexual.

La necesaria bibliografia y dos indices (general e index locorum) completan esta obra, didáctica y unitaria en su multiplicidad, con amplio apoyo de textos y una sabia elección de traducciones con gran intensidad poética - Fernández Galiano, Montero Cartelle o Garcia Gual figuran en una extensa nómina -. No siempre se ofrecen respuestas, no siempre las hay: por ejemplo, la autoria des Arato de Solos en el caso de la Aegritudo Perdicae queda sin evidencia documental que confirme tan interesante hipótesis (pp. 188-189). No obstante, la reflexión desde la que manan y a la que invitan todas las aportaciones recogidas resulta de por si enriquecedora. Más allá de su induable valior filológico, el cuidado de estra obra y la belleza de sus contenidos realzan la pristina hermosura del latin, una hermosura que - como la descrita por Maximiano - es capaz de perdurar en el tiempo.

Francisco Javier Bran Garcia
Universidad Complutense de Madrid


Copyright © 2017 by Verlag Traugott Bautz GmbH